miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Meseta Castellana

La Meseta castellana


Bajo un cenobítico silencio, los madorosos y mansejones bueyes alomaban los terrosos
pejugales, mientras el implacable sol castellano refulgía con intensidad sobre las planchas metálicas del lignario cetril que les separaba; sus aspérrimas pezuñas pisoteaban las excrecencias y sumidades de un terreno enjuto, seco, y polvoriento. Así, al llegar a la espuenda, muy cerca de la desrayadura que linda con los incólumes ceneros, donde crecen los jaldes codesos, el labriego detiene lentamente la yunta, para alzar su velloso brazo, y retirar de su frente con el revés de la palma de su mano, las ardorosas gotas de sudor que empañan sus ojos. Tras retirar la acuosa veladura dirige su mirada hacia varias cigúeñas de gran envergadura, que sobrevuelan en ese momento los sativos campos limítrofes, y un robledal cercano que destaca en el monótono paisaje, por su verdejo color, en contraste con las rasas y allanadas parcelas, cuya cromática se tizna por el albazano de la cebada, y el azafranado del trigo.

El labriego dirige sus pasos por el verdegal hacia un sáxeo pozo de caliza que se halla situado en ese ángulo de la heredad, junto al acirate; una vez allí coge un caldero plateado, (que al ser manipulado emite unos metálicos sonidos reverberantes verdaderamente eufónicos), y lo desliza con ayuda de la polea hasta el fondo de la oquedad, una vez llenado el acetre de agua, lo sube enérgicamente para refrescarse con la pureza y frescura de un agua límpida y freática.

Así, tras saciar su sed, el labriego invoca a su fiel perro alano, una mezcla de dogo y lebrel, un ejemplar corpulento y fuerte, con la cabeza grande, las orejas caídas, el hocico romo y arremangado, la cola larga y el pelo corto y suave.

Jersson Duque .


Para ver mas sobre la meseta visita :


wikipedia.


Mundo cultural hispano.


Lo mejor de los parajes de la meseta

2 comentarios: