lunes, 22 de noviembre de 2010

LA IDENTIDAD CARTHAGINENSE


PROVINCIA MURCIANO CARTHAGINENSE.

En la actualidad, la Catedral antigua de Cartagena se encuentra a la espera de que se lleven a la práctica inversiones largamente esperadas para dignificar sus abandonadas ruinas con una consideración no sólo arqueológica, sino sentimental y religiosa para muchos cartageneros.
Según la ortodoxia de la Iglesia , un obispo no puede residir más de nueve meses fuera de su Silla Episcopal. El Obispo de Cartagena se trasladó, hace VIII siglos, a la ciudad de Murcia. Según la Iglesia , (bula, 1289 orden real, 1291) por la poca población de Cartagena y la inseguridad de sus campos. Decirle a la Iglesia que Cartagena, en la actualidad, sobrepasa los doscientos mil habitantes y presenta uno de los mejores índices de seguridad ciudadana de la Región. La supuesta burla autoriza el traslado en diferentes épocas, cuando se ha reclamado la vuelta del Obispo, no ha aparecido por ninguna parte, se ha indagado en bibliotecas públicas, privadas, archivos, Archivo Secreto del Vaticano... hasta en los archivos de Tortosa y Benifazá siendo el resultado siempre el mismo "no se encuentra tal bula".
La Bula de autorización del traslado y que ha sido buscada en diferentes épocas, cuando se ha reclamado la vuelta del Obispo, no ha aparecido por ninguna parte, se ha indagado en bibliotecas públicas, privadas, archivos, Archivo Secreto del Vaticano... hasta en los archivos de Tortosa y Benifazá siendo el resultado siempre el mismo "no se encuentra tal bula".
Muchas honras recibía la Iglesia de Cartagena para que un Obispo de su Iglesia, Don Diego Martínez Magaz, quisiera disfrutar "ín situ” de una de las donaciones que el Rey Alfonso X le había concedido, una finca de doscientas cincuenta tahullas en el Campo de Cartagena, concretamente en el Valle de Segura "Thader fluvius qui agros carthaginensis rigat" (dice Plinio que todo cuanto riega el Río Theodoro, Segura, es el Campo Carthaginense) y así en 1.278 pide al Papa Nicolás III autorización para trasladar la Sede alegando incursiones piráticas en la costa y la peligrosidad en los caminos. Por bula dada en Roma el 20 de junio de 1.278, Nicolás III envía al Obispo de Tortosa, Don Arnaldo y al Abad del Monasterio del Císter en Benifazá para que informasen de las causas que le habían expuesto el Obispo y Cabildo de Cartagena para el traslado a la ciudad de Murcia, las causas alegadas eran los insultos de los agarenos que no dejaban libre la entrada y salida de Cartagena y el peligro de los caminos que conducían a esta ciudad, informes que nunca llegaron a realizarse.

Muerto Alfonso X en 1.284 y también los papas Nicolás III, Martín IV y Honorio IV, Magaz vuelve a solicitar al Papa Nicolás IV el traslado de la Sede y éste, por Bula dada el 13 de septiembre de 1.289 ordena al Prior de Portaceli, Pedro Belsa y al Abad de Benifazá, Pedro Villarnau, que se efectúen de una vez dichos informes.
Habría que preguntarse si los caminos eran tan peligrosos ¿Por qué esperó once años para solicitar de nuevo el traslado? Quizás Nicolás III pensara que si los caminos de Cartagena a Murcia eran peligrosos igualmente los serían de Murcia a Cartagena y si los piratas abordaban la costa también existían fuertes murallas para proteger la Ciudad y si en verdad era peligroso ¿Debería abandonar el pastor a su rebaño? y .. ¿Por qué esperar once largos años?
No había ningún peligro, o al menos éste no fue la causa del traslado, D. Diego Magaz se fue a disfrutar de una finca exenta de impuestos ¿Por qué no cursó peticiones a Martín IV y a Honorio IV? ¿Por qué llevaba ya algún tiempo residiendo en el Valle del Segura si aún no tenía autorización?

En aquel tiempo, ni un solo pueblo de esta Región era seguro, más de una vez se vieron tajados los campos de Murcia y aún dentro de la misma Ciudad, lo que no hicieron los moros, lo hicieron los cristianos destrozándose durante siglo y medio en civiles contiendas que empiezan con las banderías de los Manueles y los Fajardos, corriendo épocas en las que se robaban las mujeres a sus maridos, se mataban a los hombres en las calles, delitos que quedaban sin castigo y nadie vivía con tranquilidad ¿era esto lo que buscaban nuestros pastores en medio de la sangre de su rebaño?

Si Murcia fue fundada por los moros lo normal es que dicha Ciudad estuviera regida por ellos. Teniendo otras costumbres, tradiciones, lengua, etc., en definitiva otra Cultura, al menos hasta 1.242.

Prosperidad que al propio Rey no interesaba ya que Toledo se autorrogó la Mitra de Cartagena, Sede Primada, tras ser destruida su Ciudad, si la Silla descansaba en Murcia esta jamás podría reivindicar el derecho de supremacía puesto que a su vez se estaba auto arrogando unos privilegios que no le pertenecían, Toledo quedaba resguardada y la Ciudad que vio nacer el
Evangelio abandonada y desasistida.


Desde Proyecto Aníbal seguimos aportando pruebas que demuestran la existencia del feroz centralismo murciano, Cartagena sufre las dentelladas de un centralismo parasitario que no se contenta con agraviarla presupuestariamente o territorialmente, además pretenden usurpar a Cartagena su identidad y su acervo cultural.

La política centralista murciana es uno de los mayores problemas de nuestra tierra, lo que nos compete hoy es responsabilidad del Obispado de Cartagena, que como todos sabemos reside fuera de su diócesis natural constituida desde el siglo I dC en Cartagena. El clero persiste en morar junto al poder político y económico, razón por la cual el obispo de Cartagena vive en la joven Medina fundada por los invasores musulmanes en el 825 d.C.

En 1291 el obispado es trasladado a Murcia bajo el pretexto de las incursiones piratas en la costa. En realidad Murcia necesitaba obispo, ya que se quiso atribuir (basta recordar la rápida capitulación y el momento en que se hizo, ante Castilla) que no se dieron instituciones propias que remarcaran la capitalidad en contraste con Valencia o con lapropia Cartagena (obispado, sede de la Orden de Santa María de España con control sobre la marina castellana y concesión de señoríos en la huerta).
En 1808, ante el requerimiento de Godoy, el obispo declara que la Catedral Antigua está muy deteriorada y no hay iglesia adecuada en Cartagena para hacer la traslación del obispado. Una vez producida la invasión francesa y la constitución de las distintas Juntas de Gobierno, vemos la incorporación a la Suprema de Murcia del obispo junto al conde de Floridablanca, y la competencia entre ésta y la Suprema en lo militar de Cartagena, que motivó la exclusión de la Junta Suprema Central de los Diputados de Cartagena a manos del Conde de Floridablanca. Asistimos una vez mas, a la utilización política del obispado por parte de Murcia, para reafirmar su hegemonía.




Es muy curiosa la historia de Cartagena abierta en plenitud sólo a personas muy especializadas.

Nuestro Pais ha sido saqueado en sus cimientos territoriales, materiales y espirituales, abortando cualquier síntoma de esperanza…descabezando cualquier voz reivindicativa…hoy sólo queda esperar, lentamente, el olvido de nuestro ser, para quedar fundido en otra denominación que no es la que nos corresponde.


NUESTRA IDENTIDAD ES LA CARTHAGINENSE

Se podrá expresar más alto, se podrá escribir en letras mas voluminosas, se podrá susurrar levemente, pero lo cierto es que la identidad de nuestro pueblo es la carthaginense.
Intentaremos mostrar aquellas informaciones que al no ser difundidas han facilitado la perdida de MEMORIA COLECTIVA.



¿QUE INTENTAMOS DEMOSTRAR?

Sencillamente, que tenemos derecho al reconocimiento de nuestra identidad por separado de las restantes autonomías del actual Estado Español, en el marco de la Comunidad Económica Europea.




Para más información:

Provincialidad.
Partido Cantonal.
Región Murciano Carthaginense.

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